viernes, 19 de enero de 2007

Como pasan los días

Dr. Cabot: Ciertamente, qué anomalías, que pequeñas y misteriosas fallas a menudo nos perturban sin razón, ¡en qué desorden y desquicio se halla a veces la mente!, toda la mañana estuve prácticamente deprimido, blasfemando al vacío, turbado y maltrecho... orbitaba sobre mi cabeza el siguiente pensamiento, una y otra vez: ¨Dios mío, dios me libre, aún es martes, ¿o lunes?¨, sí, no, peor aún, ¡LUNES! y ya siendo la tarde, una señora que, a juzgar por su precario andar y unas visibles y molestas ñañas, anda ya en el último tramo de su existencia, me hace dar un trombo con su lucidez, dándome la primicia de que en realidad es jueves. Mi cuerpo, mi tullido cuerpecillo se inunda de alegría, se incorpora con una sensación de viaje a traves del tiempo. Y no todos los días gozamos de esa asombrosa posibilidad. ¿Quién diría que una adorable anciana me haría el favor? El fin de semana se acerca y con ello la idea de un merecido descanso. Después de todo, todos lo merecemos. Un cordial saludo.
Sr. Cono de Vainilla

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