No importa cuanto fume, salga, tome, coma, duerma, sufra o me prevenga. Estoy tan seguro de que me voy a morir de viejo que apostaría mi propia vida: es un hecho. Lo comprendí hoy y empiezo a hacerme a la idea (a la terrible idea), aunque la revelación sea tan reciente. No tiene seguido seguir insistiendo y no pienso seguir haciéndolo. Al menos le tengo menos miedo a la muerte.
1 comentario:
albricias y sonrisas para un anciano borracho que me de que tomar en mi decrepitud.
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